Foto: Maryjane Wheeler para House of Simatos.
Una de las principales características de la producción musical, en lo corrido de este siglo, ha sido el perfeccionamiento constante de la técnica gracias a la masificación de herramientas digitales de pre-producción, producción y post-producción. La música, por decirlo de alguna manera, está alcanzando niveles nunca antes vistos de precisión e impecabilidad que están acostumbrando al oyente a producciones en las que el espacio para el error es mínimo.
Sin embargo, la música es una manifestación humana y por tanto el balance entre perfección e imperfección es necesario para que la obra se sienta natural y agradable.
Es precisamente este balance entre el perfeccionamiento y la naturalidad lo que busca Natalia Ramírez, una ingeniera de audio cuya principal fortaleza es la postproducción vocal y cuyo objetivo es llevar las tomas de voz ejecutadas por los intérpretes a una calidad máxima, sin que pierdan la naturalidad y la expresividad emotiva que ellos les dan al cantar.
Nacida en Medellín, Natalia inició su formación musical a los 6 años de edad cuando empezó a estudiar violín y a cantar. Durante su infancia y adolescencia hizo parte de varias agrupaciones y orquestas. Al terminar sus estudios de secundaria se mudó a la ciudad de Bogotá para cursar un pregrado en Música con Énfasis en Ingeniería de Sonido. En 2011, cuando trabajaba como monitora en el departamento de audio de su facultad, Natalia fue seleccionada para participar en las sesiones de grabación de un álbum de Kany García producido por Julio Reyes Copello y de ahí en adelante su vida tomó un nuevo rumbo.
Las habilidades en ingeniería y el rigor organizacional de Natalia llamaron la atención del multi-galardonado productor colombiano, quien la invitó a hacer parte de varios de sus proyectos en Bogotá.
Al terminar su pregrado, Natalia se mudó a la ciudad de Miami donde cursó una especialización en Arts Presenting & Live Entertainment Management en la Universidad de Miami. Una vez culminados sus estudios en 2017, y habiendo hecho una pasantía con Art House para Art House Live, se integró de tiempo completo al equipo de trabajo de Julio Reyes Copello en Art House Society, donde ha estado a cargo de la coordinación principal del estudio de grabación y la post-producción vocal en más de un centenar de canciones para artistas tan importantes como Jennifer Lopez, Marc Anthony y Ricky Martin. A la fecha y gracias a su trabajo, Natalia ha recibido una nominación al GRAMMY y tres nominaciones al Latin GRAMMY, una cifra realmente impresionante teniendo en cuenta lo relativamente corta que ha sido su carrera.
En Art House Society hablamos con Natalia Ramírez acerca de su trabajo como ingeniera, sus opiniones acerca de la post-producción vocal en la música actual y el panorama de las mujeres en la industria de la música, particularmente en un gremio tan evidentemente dominado por los hombres como la ingeniería de sonido.
Art House Society: La afinación de voces se ha convertido en una práctica estándar dentro de la producción musical actual. ¿Qué es lo que persigues exactamente a la hora de llevar a cabo tus procesos de posproducción vocal?
Natalia Ramírez: Siempre busco lograr un sonido natural que vaya acorde con la música que está acompañando a las voces. Me parece importante rescatar las cualidades naturales de cada voz en particular. Muchas veces los procesos automáticos en las herramientas digitales comprometen la calidad del audio, la expresión y los matices naturales que logran captar los micrófonos durante la grabación, es por esto que entre menos agresivos sean estos procesos, más natural va a ser el resultado. Cada voz tiene componentes únicos que me parece importante conservar, es por eso mi trabajo siempre es manual, porque así tome más tiempo, me da la oportunidad de fijarme en cuidar esos detalles.
AHS: ¿Qué tan importante es la formación musical y de ingeniería a la hora de manejar las herramientas de posproducción de voces?
NR: A mi modo de ver, ambas son igual de importantes. Por un lado, cuando se trabajan voces se está hablando de un tema que usualmente incorpora melodía, armonía y ritmo, elementos que deberían diferenciarse a la hora de trabajar sobre una pieza musical. Por el otro, está la ingeniería que a nivel personal me ha ayudado a entender los diferentes componentes que existen dentro de las herramientas y cuál es la forma como deben ser usadas para hacer el trabajo más efectivo sin afectar la expresión musical. Ambas formaciones me parecen fundamentales para el desarrollo de esta profesión.
AHS: Has trabajado en la posproducción de más de 120 canciones a la fecha en un sinnúmero de géneros, ¿qué consejo podrías darle a una persona que esté empezando a manejar las herramientas de posproducción de voces?
NR: La posproducción de voces es un trabajo que requiere de mucha paciencia y de tiempo. Muchas veces puede llegar a hacernos pensar que no existen recursos para adquirir el resultado que buscamos y nos desesperamos porque queremos terminar ya y pasar a la siguiente estrofa.
Para mí ha sido muy importante aprender a escuchar primero. Escuchar y luego decidir a dónde quiero llevar esa voz. Así es como decido qué recursos usar para poder lograrlo. Luego comparo entre lo que había y lo que logré. Todo con paciencia, todo a su tiempo.
AHS: Art House es un estudio en el que nunca hace falta la presencia femenina dentro del staff. ¿Cuál crees que es el principal aporte de la mujer dentro del estudio?
NR: Yo diría que el principal aporte de la mujer dentro de este estudio ha sido propiciar un espacio que se siente como un hogar en donde no falta nada, no solo en materia de organización, sino también de energía y de sensibilidad, de balance. Curiosamente todas las personas que vienen a este estudio siempre han comentado lo acogedor que les parece el ambiente y eso los invita a volver una y otra vez.
AHS: ¿Te has encontrado con mayores barreras en la industria por el hecho de ser mujer, latina o inmigrante?
Yo pienso que la incidencia de ser mujer ha sido positiva, pero también siento que ha tenido algunos obstáculos. Las mujeres tenemos un nivel de detalle y entrega que es excepcional y yo siento que este ha sido un elemento esencial y contundente a lo largo de mi carrera. No obstante, es una industria dominada por hombres, sobre todo en las áreas de sonido y producción no me han faltado comentarios como “a ella la contrataron por ser bonita nada más”. Es por eso que estoy tan agradecida con Art House y con la oportunidad que me han dado de hacer parte de esta familia, en donde todos somos iguales y tenemos un papel único, sin importar el género, ni la edad.
AHS: En tu opinión, ¿hay prejuicios dentro de la industria de la música frente a las mujeres productoras o ingenieras?
NR: Más que prejuicios, yo pensaría que hacen falta más oportunidades. Siento que muchas veces no toman en serio nuestro trabajo, lo subestiman. Esta es una industria la que la credibilidad está basada en el reconocimiento de los proyectos en los que has trabajado, con qué artistas, cuántos premios han ganado, en cuántas listas han quedado de número 1, con cuántos “streams” se cuentan, etc. Esto se convierte en un círculo vicioso, porque si no nos dan oportunidades, tampoco podemos armar una hoja de vida que nos permita trabajar en proyectos de mayor impacto. Sin oportunidades nunca habrá credibilidad.
AHS: Estudios académicos recientes han demostrado que la participación de las mujeres en la producción musical está por debajo del 5%. ¿A qué crees que se deba esa disparidad?
NR: Creo que esto tiene mucho que ver con un componente cultural. A lo largo de la historia la feminidad siempre ha estado relacionada con delicadeza y sumisión. Sin embargo, poco ha poco las mujeres nos hemos vuelto más independientes y hemos empezado a hacer parte de los negocios y de trabajos que requieren de mayor exigencia física. Es por eso que, honestamente, creo que ese porcentaje se va a incrementar con el tiempo. Es solo cuestión de entender que así seamos mujeres tenemos las mismas capacidades y somos igual de fuertes.
AHS: Además de la postproducción vocal, has trabajado también en la coordinación de estudio y en el desarrollo de actividades para la promoción de artistas. ¿Dónde te sientes más cómoda y por qué?
NR: Son actividades que disfruto por igual porque alimentan diferentes partes de mi personalidad. Por un lado está la parte dinámica, la coordinación, la organización, atender al artista para que esté cómodo. Yo soy partidaria de que el estado de ánimo del artista influye en su expresividad a la hora de grabar. En este orden de ideas lo que busco siempre es que sientan tan cómodos como si ésta fuera su casa, para que se olviden de las preocupaciones externas y pueden concentrarse en manifestar su arte.
Por el otro lado, está la ingeniería. La ingeniería alimenta mi atención al detalle. Trabajar voces para mi es un escape de la realidad en donde me concentro por horas hasta que suene perfecto.
Para escuchar el trabajo de Natalia Ramírez, recomendamos escuchar estas canciones:
– “No Vaya a Ser” – Pablo Alborán