El entendimiento del entorno en el que se mueve cualquier profesional le ayudará a tener mejores herramientas para desarrollar una carrera exitosa y el arte no es la excepción. Conocer la industria de la música es una de las principales responsabilidades de cualquier músico joven.
En la industria discográfica – o en la industria de la grabación, por llamarla de una manera un poco más acertada en estos tiempos – el departamento de A&R (artistas y repertorio) está encargado de encontrar y desarrollar el talento que escuchamos cotidianamente. ¿Pero en qué consiste el trabajo de un encargado de A&R? ¿Qué habilidades o qué tipo de formación debe tener?
En el Aula de Clase de Art House Society hablamos con Alejandro Mejía Abad, Director de A&R de Warner Music México, y esto fue lo que nos contó acerca de sus responsabilidades y su trabajo cotidiano:
1. Denos un poco de contexto. ¿Cómo llegó a ocupar el cargo de Director de A&R en Warner México?
Antes de Warner, estuve en el área de marketing de Sony Music Colombia durante 3 años, y antes de eso, por casi cinco años, trabajé como tour manager/roadie/ aguatero y fan de Cali & El Dandee. Esos años me sirvieron para empezar a entender de qué se trata todo este rollo de la industria y hacer buenas y sólidas relaciones con varios artistas y ejecutivos, no solo de Sony sino de la competencia. Gracias a esto, en febrero de 2016 me buscaron de Warner México para este cargo.
2. ¿Cuáles son las responsabilidades cotidianas de una persona que trabaja en A&R? ¿Cómo es – digamos – un día de trabajo suyo?
La verdad, nunca lo he entendido bien. Podría dividir, en términos generales, mi trabajo en dos labores fundamentales: 1) La dirección -que generalmente es solo una asesoría y a veces una simple coordinación- de los proyectos que ya están firmados por la compañía y 2) La exploración (scouting) de nuevos talentos para traer a la compañía.
Cada una de estas labores implica diferentes y muy diversas actividades que hacen que el trabajo, aunque pesado, sea bien entretenido.
Por un lado, la dirección/asesoría/coordinación artística (y de repertorio), requiere estar en contacto con los artistas muy seguido (trato de hablar al menos una vez a la semana con cada uno de los de mi roster). Con ellos tratamos temas que van desde lo más etéreo (tendencias, música nueva, productores, compositores, etc.) hasta lo más específico (los detalles del nuevo sencillo, las ideas para el próximo video, las canciones que estarán incluidas en el álbum, las colaboraciones, etc.). Estas conversaciones, eventualmente y cuando se requiere, terminan en acompañamiento. Hay que estar al lado del artista, dándole la confianza de que lo que está haciendo está a las alturas de las expectativas de la compañía.
Por otro lado, la labor de la exploración –que se ha hecho mucho más fácil con Internet comparado a lo que podía ser 20 años atrás- implica estar muy atento a lo que pasa en las distintas plataformas de difusión y comercialización de la música. Hay que estar todo el tiempo viendo y escuchando qué música es la que está generando cifras en las distintas plataformas (es muy diferente, por ejemplo, lo que funciona en Spotify a lo que funciona en YouTube o a lo que funciona en SoundCloud) para entender hacia dónde va el mercado y qué es lo que está vendiendo y va a vender. Sin embargo, Internet todavía es una herramienta, un filtro. La calle sigue siendo importantísima. Es muy diferente ver y experimentar un artista o una banda en vivo a ver sus videos en YouTube. Ir a bares, festivales, conciertos, incluso bohemias que se arman en la casa de alguien; permite percibir de una forma que todavía no deja Internet: la reacción de la gente con el artista, las tendencias, la conexión. Es la parte más bonita del trabajo. Es donde la magia ocurre.
3. Usted tiene formación musical. ¿Cómo le ha servido esa formación para ponerla al servicio de su trabajo como A&R? ¿Qué otro tipo de formación tienen las personas que trabajan en este campo?
Sin duda la formación musical es una herramienta muy útil pues me ha permitido hablar con los artistas, los compositores y los productores en un idioma objetivo que dominan. Siento que se sienten más cómodos y toman con más seriedad las sugerencias cuando alguien les dice, por ejemplo, que la canción podría estar mejor si cambia la estructura de esta forma, o simplifica la armonía haciendo tal acorde en vez de este, o que la producción queda más comercial si utiliza tales y tales recursos; que cuando alguien que no tiene esta formación. Por más buen oído que tenga, no sabe explicarse al intentar sugerirles algo.
Podría decir que la gran mayoría de colegas tiene formación musical. Si bien no necesariamente tienen un título de músicos profesionales, varios vienen de ser artistas o de tener bandas. Casi todos son buenos intérpretes, instrumentistas o productores. La mayoría, independientemente de si tienen otro título de administrador o abogado –un título que le viene específicamente muy bien a cualquier A&R- ha estado vinculado a la música siempre de alguna forma.
4. ¿Qué tanto han cambiado las funciones de A&R ahora que la música ha migrado hacia las plataformas digitales y no se depende tanto de las ventas físicas o los medios tradicionales?
Internet significó un cambio inmenso en lo que tiene que ver con la metodología de exploración. Es sin duda una herramienta que da otra visión de lo que puede funcionar o no. Sin embargo, creo que el hecho de que existan nuevos medios de comunicación, difusión, mercadeo y comercialización de la música, no afecta la función principal del A&R que es la de encontrar buenas canciones –o si se quiere para no entrar en juicios de valor, canciones que puedan funcionar en un contexto determinado- y buenos artistas que puedan hacer una carrera duradera y rentable en el largo plazo.
5. ¿Qué cualidades o características debe tener una persona que quiera trabajar hoy en la industria discográfica?
Le voy a dar una respuesta de reina de belleza. La leí en la biografía de Clive Davis, uno de esos históricos ejecutivos de la industria discográfica, quien dijo que el mejor momento de CBS (hoy Sony Music), cuando la manejó por allá en los años 60 y 70, fue cuando el equipo estuvo integrado por personas jóvenes que amaban la música. Decía él que no importaba la profesión que se tuviera. Si uno amaba a la música y estaba dispuesto a entregarle su vida, podría llegar a ser un buen gerente de marketing, un buen A&R, independientemente de su título profesional. Él, por ejemplo, antes de A&R y director de la compañía, fue abogado. Y hoy en día la cosa no es diferente. Varios de los ejecutivos que más respeto y admiro en la industria discográfica son músicos (sin ninguno título profesional), pero también abogados con maestrías, sociólogos, politólogos, comunicadores sociales, economistas… ¡Hay hasta ingenieros químicos y médicos!
6. ¿Cómo ve el panorama del negocio de la música en los años por venir? ¿Con optimismo, con pesimismo?
Con mucho optimismo. Las cifras lo dicen: El negocio ha crecido y todo apunta a que va a ser tan grande como lo fue en los 80 y los 90. Uno ve y todas las organizaciones que hacen parte del engranaje de la industria (las disqueras, las integradoras, las plataformas digitales, los estudios, los medios especializados, los promotores de conciertos, etc.) cada vez contratan más y más gente. La diferencia, creo yo, que va a tener esta nueva etapa del negocio con respecto a la que se vivió hace unos años, es que siendo un negocio más horizontal, se va a prestar para que cada vez más se necesite gente joven y creativa capaz de entender las dinámicas de su contexto para proponer los próximos movimientos de hacia dónde debe ir la industria. Es un buen momento para estar en esto, pero seguro va a ser más lindo en unos diez años.
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